martes, 23 de enero de 2018

Cuando practicámos Mindfulness...






Sin duda, tarde o temprano o bien cederemos a la distracción, que suele ir acompañada por una proliferación de pensamientos, o bien caeremos en un vago estado de semisomnolencia, o incluso en una combinación de ambas cosas; es decir, en un estado confuso asaetado por una gran profusión de pensamientos erráticos.

En este punto es en el que no deberemos bajar la guardia: tan pronto como nos demos cuenta de que hemos perdido la concentración, simplemente recuperémosla, pero sin sentirnos agobiados por un sentimiento de pesar o de culpabilidad.

Volvamos a estar atentos a nuestro aliento, como la mariposa que vuelve sobre una flor después de haber revoloteado a derecha y a izquierda sin una razón aparente.

El arte de la meditación de Matthieu Ricard



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